Estamos a dieta

Empecé una dieta, tengo que bajar de peso porque tengo que asistir a un evento importante que ya les contaré...
No tengo qué ponerme!
El Colo se sumó a mi desgracia y estamos los dos muertos de hambre, la ensalada es nuestra cena, no podemos dormir porque nuestro estómago hace tanto ruido que no nos deja.
Estamos casi toda la noche despiertos, encendemos la luz y nos miramos, salimos corriendo a la heladera, pero todo está congelado y llevaría mucho tiempo ...
Son las cuatro de la mañana y seguimos mirándonos, yo no me veo, pero él tiene una mirada de desconsuelo que no puedo soportar.
Llega la hora del desayuno, mate amargo con un trocito de queso descremado, hay que comerlo despacito para que dure más.
Debo consumir mil doscientas calorías por día para bajar de peso, y hacer gimnasia cuatro veces por semana, el Colo me acompaña en la dieta, gimnasia ni loco!
Nos está cambiando el carácter, ahora nos reimos a carcajadas por cualquier cosa, tal vez una visita al sicólogo ayudaría.
Pero no vamos a aflojar, además de vernos mejor, vamos a ganar en salud!
En la esquina de mi casa hay una heladería, creo que estamos empezando a odiar a la gente que toma helado.
Tuvimos que dejar la Coca Cola, las galletitas dulces, el pan, y todo lo rico, es mentira que se puede bajar de peso sin sufrir, ni la tv podemos mirar, está lleno de programas de cocina, si hasta sentimos el olorcito de esas recetas que atentan contra nuestras vidas.
El Colo me consuela diciendo que por lo menos me voy a deshinchar, gracias por la ayuda, yo no quiero deshincharme, yo quiero adelgazar!!!
Y si me hago una lipo?, claro, dice el Colo y después te matan y yo quedo viudo?, a mí me gustás así, no hace falta que adelgaces,.
Lo que pasa es que está arrepentido, tiene hambre y lo entiendo, pero él sabe que o lo hacemos juntos o esto fracaza, prometió seguir adelante.
Dios sabe que pasará!