Profesor Particular II

Estos días estuve practicando yo sola ajedrez. Al principio me ganaba él aunque jugaba yo sola en nombre de los dos.

Hoy mientras lo esperaba, me empezó a doler la panza de los nervios.

Cuando llegó me dijo que íbamos a jugar porque ya me había explicado todo y que la mejor manera de aprender era jugando.

Jugando de verdad?, sí, ya te expliqué todas las reglas. “Yo creo que me las olvidé”, contesté y mirándome con cariño y sonriendo, me dijo: “te entiendo, nonita!” (¿será por lo del coeficiente?).

Empezamos a jugar, yo muevo una pieza y mi nieta (su hermana) me dice: “si movés esa pieza te gana”, entonces pregunto ¿por qué? Y los dos me contestan que ellos piensan dos o tres jugadas antes para saber el resultado.

Ah, me quedo más tranquila!, yo no puedo pensar una jugada y ustedes piensan dos o tres antes?

El profe se vino con todo, dos pases y jaque mate. Con este jovencito es imposible jugar!

Le causaba gracia mi cara de desconcierto. Todavía no me había acomodado y él ya me había ganado.

Voy a seguir practicando, no puedo darme por vencida, él confía en mí y no voy a defraudarlo.

Que Dios me ayude… el viernes la seguimos, podré vencerlo alguna vez?, eso no lo sé. Lo que sí sé es que nos divertimos un montón y eso es lo más importante.